Saturday, April 21, 2012

Procedimientos Auxiliares de Diagnóstico

Ecografía abdominal
Entre los procedimientos auxiliares de diagnóstico
complementario, los más útiles son la ecografía y la tomografía
computarizada. La ecografía modo B es un procedimiento de
gran accesibilidad y disponibilidad, puede ser utilizada en la
urgencia, no es onerosa, no daña al paciente y es repetible. Es el
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procedimiento de elección para el seguimiento clínico periódico
de los pacientes que no entran en plan quirúrgico. Con buena
aproximación, confirma la presencia del aneurisma y determina
sus diámetros. Su utilidad es más limitada para apreciar las
condiciones anatómicas del cuello y de la aorta suprarrenal, así
como de las ilíacas (sobre todo en pacientes obesos o con
meteorismo). Tampoco ofrece exactitud para el diagnóstico de
ruptura. Si las condiciones clínicas lo permiten y hay duda
diagnóstica, es de indicación obligada en todo paciente que se
interna con hipotensión arterial de causa no determinada, mayor
de 50 años y con los factores de riesgo antes mencionados.
Figura 2.2 – Imagen ecográfica de un AAA de pequeño tamaño. El
diámetro máximo apenas supera los 3 cm.
Tomografía computarizada
La tomografía computarizada (TC), que con sus adelantos
tecnológicos actuales es denominada angiotomografía (tomografía
helicoidal de 64 pistas con posibilidad de realizar angiografía
simultánea mediante el uso de contraste y ulterior
reconstrucción tridimensional y multiplanar), si bien es un
procedimiento más oneroso y expone al paciente a la radiación y
a la administración de sustancia de contraste, permite mayor
exactitud de las mediciones, define con precisión los límites
proximal y distal del aneurisma, así como el estado de las
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arterias ilíacas y de la aorta supraaneurismática. Además, la TC
establece con seguridad el diagnóstico de ruptura y facilita la
detección de patologías asociadas: aneurisma inflamatorio, riñón
en herradura, patologías de órganos intraabdominales, etc.
Figura 2.3 – Angiotomografía. Corte
sagital con contraste angiográfico en un
paciente con AAA. La imagen permite
apreciar la calcificación parcial de la pared
aneurismática, la emergencia de la arteria
mesentérica y los trombos murales del
aneurisma.
Debe considerarse que la TC (al igual que la ecografía) puede
sobredimensionar los diámetros en los cortes transversales,
cuando se usa en aortas tortuosas y la medición no se realiza
sobre un corte estrictamente perpendicular al eje del vaso. En el
caso de considerarse necesaria la colocación de una
endoprótesis, la angiotomografía es de utilidad primordial para
definir con exactitud las dimensiones y características
anatómicas del aneurisma, el cuello, el estado de las arterias
ilíacas (presencia de aneurisma, flexuosidades o lesiones
obstructivas) y de la aorta suprarrenal y sus ramas, y así poder
establecer la factibilidad de la realización del tratamiento, y
eventualmente el diseño especial de la endoprótesis para
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adaptarse a las medidas y características particulares del
paciente.
Resonancia magnética nuclear
La angiorresonancia magnética es comparable con la TC y evita
la exposición a los rayos, pero su disponibilidad es menor, sus
costos más altos, algunos pacientes no la toleran, y puede
sobredimensionar las lesiones obstructivas asociadas de las
ramas de la aorta. El material de contraste utilizado es el
gadolinio. Si bien originalmente se la consideraba un
procedimiento alternativo a la TC para evitar la toxicidad
potencial de los medios de contraste iodados en los pacientes con
insuficiencia renal, se han observado efectos tóxicos del
gadolinio que como se verá más adelante obligan a una
valoración muy estricta de los riesgos y beneficios de la
indicación de cada uno de estos procedimientos

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